Seguidores de Bolsonaro marcharán hoy en las principales ciudades de Brasil contra la Corte Suprema y el Congreso. El propio mandatario advirtió que «le darán un ultimátum a quienes desafían la Constitución».
Ex presidentes, destacados académicos y líderes mundiales advirtieron sobre el peligro de «una insurrección que pondrá en peligro la democracia en Brasil». Entre los más de 100 firmantes de la Carta Abierta se encuentran el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el lingüista y catedrático estadounidense, Noam Chomsky; el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa y el ex canciller de Brasil, Celso Amorim.
En la Carta Abierta los firmantes advierten que este martes, día en que celebrará un nuevo aniversario de la Independencia de Brasil, grupos de fanáticos seguidores del presidente Jair Bolsonaro se movilizarán en las principales ciudades del país contra los jueces de la Corte Suprema, uno de los principales blancos de los ataques del mandatario brasileño.
El propio Bolsonaro dijo días atrás que en esa convocatoria «el pueblo» le dará «un ultimátum a quienes desafían a la Constitución».
«Temores de un golpe»
«Ahora mismo, el presidente Jair Bolsonaro y sus aliados -entre quienes se encuentran grupos de supremacistas blancos, la policía militar y funcionarios públicos en todos los niveles del gobierno- están preparando una marcha a nivel nacional en contra de la Corte Suprema y el Congreso el 7 de septiembre, agudizando los temores de un golpe de Estado en la tercera democracia más grande del mundo», advierte la carta que recuerda que en las últimas semanas el mandatario de ultraderecha intensificó sus ataques contra las instituciones democráticas.
El 10 de agosto, Bolsonaro dirigió un desfile militar sin precedentes por Brasilia y sus aliados en el Congreso impulsaron reformas radicales al sistema electoral del país, considerado uno de los más confiables del mundo. El presidente amenazó varias veces con cancelar las elecciones presidenciales de 2022 si el Congreso no aprueba esas reformas, una actitud que parece un manotazo de ahogado mientras ve al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva crecer en todas las encuestas.
«Bolsonaro convoca a sus seguidores a viajar a Brasilia el 7 de septiembre en un acto de intimidación a las instituciones democráticas del país», remarca el documento. Según un mensaje compartido por el presidente el 21 de agosto, la marcha preparará a su gobierno para un «contragolpe necesario» contra el Congreso y la Corte Suprema. En esa ocasión Bolsonaro agregó que la «Constitución comunista» de Brasil le quitó poder, volviendo a acusar al «poder judicial, la izquierda y todo un aparato de intereses ocultos» de conspirar en su contra.
El antecedente Trump
En su carta los líderes mundiales recuerdan además que diputados brasileños advirtieron que la movilización de este martes «se inspira en la insurrección en la capital estadounidense el seis de enero de 2021», cuando el entonces presidente Donald Trump incitó a sus seguidores a manifestarse agitando falsas denuncias de fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2020.
El documento enfatiza su preocupación por la «inminente amenaza a las instituciones democráticas» y agrega: «El pueblo de Brasil ha luchado por décadas para garantizar la democracia contra el dominio militar. No debemos permitir que Bolsonaro se la arrebate ahora».
Durante un acto en el interior del estado de Bahía, el viernes Bolsonaro reiteró sus críticas a «una o dos personas», en clara referencia a miembros de la Corte Suprema a quienes acusa desde hace semanas de «usar su poder» para intentar «darle otro rumbo al país». Aunque no los nombró, aludía a los magistrados Alexandre de Moraes y Luis Barroso, con los que está enfrentado en el marco de un grave conflicto institucional alimentado por grupos de ultraderecha que apoyan al gobierno.
Barroso también preside el Tribunal Superior Electoral (TSE) al cual Bolsonaro acusó, sin pruebas, que prepara un «fraude» para los comicios de 2022 y que se valdrá para ello del sistema de voto electrónico que el país adoptó en 1996 cuya transparencia es mayoritariamente reconocida. De Moraes, por su parte, es responsable de un proceso sobre la difusión masiva de noticias falsas y ataques a las instituciones democráticas a través de internet, en el que el propio mandatario y decenas de activistas de ultraderecha son investigados.
Algunos grupos bolsonaristas que convocan a la marcha de mañana llaman a una «intervención militar» que clausure el Parlamento y la Corte Suprema y mantenga al gobernante en el poder. La convocatoria fue rechazada por el Congreso y el propio Supremo, y condenada por organizaciones empresariales, la banca, los sindicatos y los partidos políticos de la derecha más moderada, que en los últimos días publicó varios manifiestos en defensa de la democracia y contra cualquier tipo de «aventura autoritaria».
Las firmas
Entre los firmantes también se encuentran los ex presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; de Colombia, Ernesto Samper y de España, José Luis Rodriguez Zapatero. Además acompañan los senadores de Colombia Iván Cepeda y Gustavo Petro; y de Argentina Omar Plaini, Marita Perceval, Nora Del Valle Giménez y Nanci Parrilli.
Adhieren los diputados Eduardo Valdés, Victoria Donda, Fernanda Vallejos, Guillermo Carmona, Eric Calcagno, José Roselli, Mónica Macha, Cristina Álvarez Rodríguez, Lía Verónica Caliva, Héctor Fernández, Juan Carlos Alderete y Carolina Yutrovic; de Colombia María José Pizarro; y de Francia Jean-Luc Melenchon. Por el Parlasur firman desde Argentina el vicepresidente Oscar Laborde y los diputados Gastón Harispe, Julio Sotelo, Cristian Bello, Carlos López, Ricardo Oviedo y Cecilia Britto.
También expresaron su apoyo el economista y diputado griego Yanis Varoufakis; los ex ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim; de Ecuador Guillaume Long y de Chile José Miguel Insulza; la ex embajadora argentina ante Venezuela y Reino Unido, Alicia Castro.
Adhieren también el ex candidato presidencial y ex ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano de Ecuador, Andrés Arauz; el Secretario General de la Central de Trabajadores de la Argentina, Hugo Yasky; y el secretario de Relaciones Internacionales del Movimiento Evita, Alejandro Rusconi.