La historia de Artióm Tarásov, el primer millonario soviético que amasó una fortuna antes del colapso de la URSS

Aprovechó las reformas económicas impulsadas por Mijail Gorvachov y se enriqueció en muy poco tiempo de manera legal. Llegó a cobrar un salario de 5 millones de dólares. Era miembro del Partido Comunista.

La historia de Artióm Tarásov, el primer millonario soviético que amasó una fortuna antes del colapso de la URSSArtiom Tarásov .

El empresario Artiom Tarásov es considerado el primer y único millonario de la era soviética. No tuvo el poder, la influencia ni el capital de los “oligarcas” rusos que se enriquecieron tras la caída de la URSS, como Román Abramóvich, actual dueño del club inglés Chelsea.

Pero tuvo el ingenio suficiente para interpretar los resquicios legales abiertos por la “perestroika”, la apertura de la economía impulsada por el último presidente soviético Mijail Gorvachov (1985/1991) y en especial por el entonces incipiente movimiento cooperativista.

En 1989, dos años antes del colapso de la Unión Soviética, Tarásov explicó en el horario central de la televisión rusa cómo había ganado 5 millones de dólares de manera absolutamente legal siendo afiliado al Partido Comunista.

El resultado fue inesperado: amasó en poco tiempo una enorme fortuna que hizo encender las alarmas de los “halcones” que veían en las reformas de Gorvachov el fin del modelo socialista.

La revista Forbes España trazó una de las más completas biografías sobre este hombre común, afiliado al Partido Comunista.

Tarásov no era una persona privilegiada. Ni siquiera había acumulado grandes ahorros cuando vio que la nueva era de reformas le daba una gran oportunidad de cambiar su suerte como un simple proletario licenciado en ciencias técnicas. La idea se le ocurrió en 1986, cuando el entonces líder soviético aprobó la Ley de Cooperativas. El Kremlin buscaba rescatar los millones de rublos que se movían en el mercado negro.

La nueva norma otorgaba a las cooperativas los mismos derechos que las empresas estatales. Sus socios solo debían pagar impuestos y llevar una contabilidad oficial. Pero había algo que era inédito: podían abrir una cuenta bancaria. Para Tarásov, por entonces de unos 40 años, esta ley fue un canto de sirenas.

Los primeros negocios de Artióm Tarásov, el primer millonario soviético
La primera idea de Tarásov fue muy simple: creó una agencia matrimonial. Alexander Dementyev, historiador y director del proyecto Rusia Estudio, dijo a Forbes España que el plan buscaba aprovechar una dificultad muy común en los países comunistas: no era fácil emigrar a la capital, Moscú. Se requería un permiso especial y los trámites eran difíciles y lentos.

Pero al flamante cooperativista se le ocurrió un atajo: casar a soviéticos del interior del país con mujeres moscovitas. La residencia en la capital se obtenía así en forma inmediata. El negocio tuvo un enorme éxito. Cada cliente debía abonar un pago inicial de 25 rublos. En apenas una semana la cooperativa recaudó 100 mil, una fortuna para la época con salarios de entre 130 a 400 rublos mensuales.

Pero las autoridades no toleraron el emprendimiento y lo cerraron por inmoral.

El segundo negocio de Artióm Tarásov: software y electrodomésticos
La agencia matrimonial se cerró. Pero Tarásov buscó una segunda oportunidad y montó un segundo negocio. La nueva cooperativa se llamó Tekhnika. “Era una mezcla de exportación de materia prima, compra de electrodomésticos y rusificación de software extranjero”, explicó Dementyev.

Entonces empleó a un grupo de ingenieros para revisar viejos televisores, radios, electrodomésticos y aparatos de videos de origen japonés que compraba por muy pocos rublos. Los expertos separaban las piezas que aún servían y las revendían a un precio muy superior, incluso al propio Estado. Tarásov aprovechó que las importaciones de este tipo de piezas tecnológicas demoraban hasta dos años por las trabas burocráticas. Además empezó a importar computadoras y las vendía con una ganancia sideral.

Artióm Tasárov cobró 3 millones de rublos (5 millones de dólares) de nómina.

Los rublos comenzaron entonces a lloverle encima. Pero en 1989 el gobierno restringió la circulación de dinero en las cuentas bancarias de las cooperativas. Y los montos que había comenzado a manejar Tekhnika superaban con creces el límite permitido.

Pero no todo estaba perdido. El flamante empresario estudió la ley y halló una salida legal: los sueldos de los socios de las cooperativas no tenían topes. De ese modo se repartieron todo el capital en concepto de nómina. Tarásov cobró 3 millones de rublos (5 millones de dólares al cambio de la época) y pagó todos los impuestos: abonó 180.000 rublos cash, una cifra sideral para un simple proletario soviético. Pero hubo más: como miembro del Partido Comunista pagó 90 mil rublos de cuota, o sea, el 3% de su ingreso mensual, como estipulaban sus estatutos.

Por qué Artiom Tarásov expuso su caso en horario central de la televisión rusa
Los pagos encendieron todas las alarmas. El empresario comenzó a ser investigado y el temor a ser arrestado lo llevó a practicar su última jugada maestra. Sabiendo que no había hecho nada ilegal, se acercó a la producción del programa de la televisión central soviética Vyglyad (Visión) y presentó su caso. Allí, ante las cámaras y una audiencia masiva, admitió que se había hecho millonario en la Unión Soviética, pero que no había perpetrado ningún ilícito. Era verdad.

La audiencia se dividió entre la simpatía y la indignación. Pero el futuro de la cooperativa había quedado herida de muerte. Le congelaron las cuentas bancarias y a Tarásov y a sus socios le confiscaron su dinero. La empresa cayó en bancarrota.

Qué fue de la vida de Artióm Tarásov, el primer millonario de la Unión Soviética
Tras el derrumbe de la URSS, Tarásov emigró a Inglaterra. Pero allí fracasó en todos los negocios que intentó. Entonces volvió a Rusia, donde se dedicó a la política y fue electo diputado. Ya en los últimos años de su vida militó en el partido opositor Yábloko. Incluso publicó un libro de memorias que tituló: “Millonario: confesión del primer capitalista de la nueva Rusia”.

Tarásov murió en julio de 2017 en Moscú. Tenía 67 años.

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