El Obelisco cumplió 85 años: el monumento porteño nació resistido, pero se convirtió en un ícono

Estuvo a punto de ser demolido, aunque con el tiempo se transformó en un símbolo rioplatense y argentino.

El Obelisco cumplió 85 años: el monumento porteño nació resistido, pero se convirtió en un íconoEl obelisco de Buenos Aires.

Fue inaugurado en 1936 para celebrar el cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires, pero fue resistido. Tres años después de su inauguración, el Obelisco estuvo a punto de ser demolido pero el tiempo lo convirtió en el monumento más emblemático de la ciudad y en el testigo exclusivo de los acontecimientos de la vida nacional.

Es el monumento que más y mejor nos representa en el mundo. Es el lugar en el que nos reunimos para reclamar y para festejar pero no siempre un hijo pródigo. Hubo un tiempo en el que se barajó la posibilidad de demolerlo. El autor del proyecto fue el arquitecto tucumano Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex, del Mercado de Abasto de Tucumán, el actual Teatro Mercedes Sosa de la capital tucumana, entre otros.

Fue erigido en el sitio en el que estaba instalada la iglesia de San Nicolás de Bari. El lugar no fue sólo estratégico sino también un punto teñido de simbología para la historia de nuestro país. Allí, en su cúpula se realizó el primer izamiento de la bandera nacional en la Ciudad de Buenos Aires, el 23 de agosto de 1812.

La construcción se llevó adelante en tiempo récord: apenas insumió nueve semanas. El intendente de ese momento era Mariano de Vedia y Mitre, quién convocó al Arquitecto Prebisch. El tucumano había visitado Washington y allí habría visto el monumento de levantado en la capital estadounidense.

Al principio, el monumento estaba cubierto por lajas blancas, muy parecidas a la piedra Mar del Plata. Pero, un mes después de su inauguración, fue necesario hacer cambios, ya que se produjo un desprendimiento durante un acto público. Afortunadamente, no hubo heridos pero sí mucha preocupación y, por supuesto, recrudecieron las críticas en su contra.

El caso se debatió el 13 de junio de 1939 en el Concejo Deliberante porteño y allí se dictó una ordenanza que disponía su demolición. Sin embargo, la orden no se ejecutó a tiempo y el intendente de entonces, Arturo Domingo Goyeneche, vetó la ordenanza y el monumento siguió en pie. Se retiraron las lajas y el Obelisco ganó su apariencia actual con bloques de cemento.

Así como la Torre Eiffel en París o la Estatua de la Libertad en Nueva York, el Obelisco se convirtió en el símbolo porteño por excelencia, el embajador argentino en el mundo y el punto de encuentro para manifestaciones de toda índole.

Con motivo del aniversario, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires encaró la renovación de la fachada que debía realizarse en 2020 (se realiza cada cuatro años) pero que la pandemia postergó. Como ocurre desde 1988, la Cámara de Empresarios Pintores y Restauraciones Afines de la República Argentina (CEPRARA), se encargó del trabajo junto a la Subsecretaría de Urbano.

Si bien es un cumpleaños austero, propio de la vida en pandemia (esta vez no se pudo convocar a los vecinos a subir hasta su cúspide, como ocurrió para sus 75 años), la fecha no podía pasar inadvertida.

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