Cuál es la obsesión del Frente de Todos rumbo a las elecciones: los dos números que desvelan a Alberto Fernández y Cristina Kirchner

Juan Manzur, nuevo jefe de Gabinete, se puso al frente del operativo para dar vuelta la derrota en la PASO. Recuperar el Conurbano será clave.

Cuál es la obsesión del Frente de Todos rumbo a las elecciones: los dos números que desvelan a Alberto Fernández y Cristina KirchnerEl Frente de Todos perdió en casi todas las provincias. Ahora van voto por voto para revertir el resultado.

Hay un número que desvela a la coalición gobernante: 360.967. Es la diferencia de votos que le sacó Juntos por el Cambio al Frente de Todos en las PASO para diputados nacionales, en la provincia de Buenos Aires. Y también el porcentaje de gente que fue a votar: 68,29 %.

Por esa razón, la Casa Rosada, el gobierno de Axel Kicillof, los intendentes del Conurbano y el kirchnerismo duro, salieron a la búsqueda de los votos necesarios para una tarea que no será sencilla. Revertir el resultado y evitar una nueva crisis en el oficialismo.

En primer lugar, empezaron a analizar, mesa por mesa, escuela por escuela, barrio por barrio y ciudad por ciudad, dónde y por qué razón se produjo el drenaje de votos y actuar en consecuencia.

Eso significa, salir a buscar el voto si es necesario casa por casa e inundar la provincia, y sobre todo el Conurbano, de ayuda para los más necesitados que es el apoyo que más le dolió perder al kirchnerismo y sus aliados.

Axel Kicillof incorporó barones del Conurbano
Kicillof le abrió la puerta de su gabinete a los intendentes, luego de una compleja relación producto del segundo plano al que quedaron relegados los jefes comunales cuando Axel y La Cámpora desembarcaron en la gobernación.

Así, Martín Insaurralde de Lomas de Zamora quedó como Jefe de Gabinete y se sumaron con distintos cargos, Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas, de Punta Indio Hernán Izurieta y el ex intendente del partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús.

“El ojo del amo engorda el ganado” dice el refrán. Y con los intendentes “adentro” lo que busca el oficialismo es ir en búsqueda de los votos perdidos y evitar el corte de boleta, que es un clásico en los municipios cuando un jefe comunal quiere despegarse de una derrota a nivel provincial o nacional.

Lo curioso del caso es que el flamante jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, exgobernador de Tucumán, pinta para ponerse al frente de ese operativo por lo que se vio en la última semana.

Manzur es un político que genera resistencia en el kirchnerismo y en el sector más progresista de la Casa Rosada por su gestión tucumana y especialmente por la actitud que tuvo frente al caso una niña de 11 años violada por la pareja de su abuela.

Alberto Fernández y Juan Manzur, durante la jura de nuevos ministros del lunes pasado.

Tal es así que cuando se estaban tratando de curar las heridas dentro del gabinete nacional, renunció Cecilia Merchán, la Secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad.

Merchán, junto a la ministra de las Mujeres, Genero y Diversidad, Elisabeth Gómez Alcorta, habían denunciado a Manzur en 2019, por obstaculizar, como gobernador, el aborto legal de la menor.

Lo cierto es que no será sencillo cicatrizar esas heridas abiertas por la dura derrota y las renuncias presentadas o amagadas por los cristinistas del gabinete nacional.

El ministro bonaerense de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “El Cuervo” Larroque, le mandó un misil al titular de Economía de la Nación, Martín Guzmán, frente a las elecciones que vienen. “No es tiempo de amarretear”, dijo al hablar del déficit fiscal y agregó que “hay que atender las necesidades de la gente”.

Desde la otra vereda, el ministro de Trabajo de la Nación, el albertista Claudio Moroni, sacudió a su colega de Interior, Wado de Pedro.

Moroni dijo que “no hace falta mandar la renuncia a un diario”, en alusión al movimiento de dimisiones al gabinete, que encabezó uno de los políticos preferidos de Cristina Kirchner y que provocó una grave crisis en el gobierno de Alberto Fernández.

En definitiva, el kirchnerismo, el peronismo y el albertismo buscan recuperar lo perdido para ganar las elecciones legislativas del 14 de noviembre. Para eso, necesitan una visión clara y no meterse los dedos en los ojos.

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